La belleza se consigue durmiendo



Los cuidados de noche, sinónimo de pieles maduras y de texturas pegajosas, han tenido mala prensa durante mucho tiempo entre las mujeres de entre 25 y 35 años. Hoy en día, sus innovadoras fórmulas relajan y reparan la epidermis a lo largo de la noche. Pueden ser anti-edad, anti-estrés o remodelantes. Los tratamientos de noche actúan mientras dormimos para lucir la belleza de día.

Desde que los estudios cosmetológicos resaltaran la necesidad de dormir y de relajar la epidermis sin expresión, las fórmulas cosméticas acumulan, además de propiedades reparadoras, activos calmantes y texturas agradables, multiplicando así los beneficios de las cremas de noche. ¡Sigue nuestros consejos para optimizar su efecto!

Un cuerpo relajado, una epidermis más receptiva a los tratamientos. A pesar de ser una auténtica "beauty victim", es inútil seguir soñando con una piel que irradie salud si no estás relajada cuando te aplicas los cuidados de noche.

Si no puedes relajarte, prepara un baño de agua caliente a 37° durante 20 minutos y relajación muscular garantizada. Los masajes corporales también aportan buenos resultados ya que eliminan las contracciones nerviosas de la jornada. Hoy en día, las cremas de aromas relajantes y los aceites esenciales con aromas florales acompañan esta práctica desarrollando los sentidos.

Pero a pesar de estas ideas relajantes que propician el sueño, si todavía te siente tensa antes de aplicarte la crema de noche, toma una infusión de tila, verbena o valeriana, o aplícate un poco de colonia en la almohada. Está muy de moda y, cuando apoyemos la cabeza sobre una almohada con un agradable aroma, nos daremos cuenta de la importancia que tiene el perfume en nuestro estado de ánimo. Respira un aroma a flor de naranjo y quedarás convencida de inmediato de sus propiedades calmantes.

No olvides que para dormir bien, es aconsejable que la habitación esté fresca, sin luz, que tenga las paredes oscuras o de color violeta, un colchón y unos cojines en condiciones y haz ejercicios de relajación…

¡Déjate llevar por las sensaciones agradables!
Admítelo, siempre tenemos mayor predisposición para darnos una crema facial con un buen aroma frutal que nos recuerde a ese verano en la playa. Dormirse envuelta en una emulsión untuosa con olor a mora o a naranja es relajante y nos invita a la fantasía. Favorece la relajación y contribuye a que el tratamiento sea más eficaz. La textura y el color también son importantes. Un gel fresco verde almendra, una crema rosada estimulante o un aceite satinado… son fórmulas que aportan sensaciones agradables tanto al tacto como a la vista, que el proceso neurofisiológico suele tener en cuenta.

Duerme tranquila... ¡que tu piel trabaja de noche!
Si durante el día la epidermis se pasa el tiempo luchando contra las agresiones externas como la contaminación, el frío, el viento o el sol, de noche aprovecha para reparar los daños. Durante la calma que reina de noche, comienza la actividad natural de la regeneración celular. La piel, libre de las agresiones externas, está más receptiva a los tratamientos y es suficiente con prepararla para que los reciba. El método más sencillo y, el más eficaz, consiste en desmaquillar el rostro cada noche antes de aplicar el tratamiento de noche. A continuación, sólo tendrás que hacer que los productos penetren en la piel con un suave masaje, ligeros golpecitos o incluso presionando con suavidad la epidermis. Las cajas de los productos cosméticos indican detalladamente cómo aplicar el producto. Algunos hasta proponen ejercicios de masaje para realizar durante la aplicación.

Los tratamientos de noche pueden ser anti-edad, anti-estrés o remodelantes y se han convertido en el mejor aliado para conservar tu belleza. Generalmente son más caros que los tratamientos de día, por este motivo, antes de comprarlo tómate tu tiempo para probarlos, gracias a las muestras. Una vez empieces… ¡no podrás dejar de utilizarlos!

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