
Ser feliz reduce el riesgo de un ataque cardíaco el infarto
llega después de alterarse y el miedo es más perjudicial que la rabia.
Algunas investigaciones que han estudiado la relación entre
cuerpo, mente y sentimientos, indican que ser feliz reduce las posibilidades de
sufrir un ataque cardiaco, el infarto llega precedido por síntomas
psicológicos, la rabia es más saludable que el miedo para afrontar el estrés, y
la personalidad no influye en la aparición del cáncer pero sí en su pronóstico.
Ciertos estudios afirman que la relación entre el músculo
cardíaco y los sentimientos va mucho más allá de las interpretaciones
literarias. Según un grupo de psicólogos del Departamento de Epidemiología y
Salud Pública del University College de Londres, Reino Unido, la felicidad es
buena para el corazón porque reduce la densidad de la sangre y los niveles de
cortisol, que es la hormona del estrés.
Infelicidad e infarto
Muchas investigaciones han comprobado los efectos fatales de
la depresión y la ansiedad en el organismo, pero no se había demostrado el
impacto que el buen humor podría tener sobre la salud cardiovascular, según el
psicólogo Andrew Steptoe, director de este estudio.
En el estudio, a 216 hombres y mujeres londinenses se les
siguió en días de trabajo y días de ocio, y se les realizaron análisis de
laboratorio, sangre y saliva. Los participantes calificaron sus niveles de
felicidad en distintos momentos del día, y los que dijeron sentirse más felices
tenían niveles más bajos de fibrinógeno, un elemento de la sangre que aumenta
el riesgo de sufrir un infarto.
Psicología y problemas cardíacos
Los científicos han descubierto que antes de sufrir un
problema cardiaco, a muchos enfermos les cambia el carácter. Investigadores de
la Universidad de Módena y de Reggio Emilia, en Italia, han descubierto que un
ataque cardiaco puede venir precedido de advertencias como irritabilidad,
depresión o ansiedad. De esta forma, se podrá detectar cualquier enfermedad
cardiaca antes de que se manifieste, lo cual salvaría muchas vidas.
Temor y enfermedades
Otra investigación dirigida por la psicóloga Jennifer
Lerner, de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburg (EE.UU), indica que las
personas que responden a las situaciones estresantes con expresiones faciales
de temor son más propensas a sufrir los efectos nocivos del estrés, como la
elevación de la presión arterial alta y la secreción de ciertas hormonas. En el
estudio con 92 personas, se descubrió que mientras más miedo se muestra en las
expresiones faciales, más respuestas negativas se crean en el cuerpo.
Personalidad y cáncer
En oncología también se ha estudiado la relación entre las
emociones y la salud. De acuerdo a algunos trabajos recientes, la personalidad
no influye en la aparición del cáncer, aunque sí puede afectar a la enfermedad.
Hace poco, científicos daneses realizaron un estudio en más de 29 mil personas,
que fueron seguidas durante 25 años para detectar si desarrollaban algún tumor,
pero no se demostró la relación entre la personalidad y el riesgo de
desarrollar un tumor.
Emociones y cáncer
Sin embargo, a los enfermos de cáncer sí se les aconseja
mantener una actitud positiva frente a la enfermedad, para mejorar su calidad
de vida, aunque no existen investigaciones que demuestren que una buena actitud
aumente su supervivencia. En cambio, la falta de apoyo familiar al paciente o
la depresión sí parecen influir de forma negativa en la enfermedad. Algunos
estudios indican que los fumadores deprimidos tienen un mucho mayor riesgo de
padecer cáncer que los fumadores no deprimidos.
Los investigadores han comprobado que la terapia psicológica
actúa sobre el sistema inmunológico y mejora la supervivencia de los enfermos
de cáncer, porque reduce su ansiedad, preocupaciones, depresión o afectación
por haber perdido a algún familiar por la misma enfermedad.
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