
Si quieres que te den esa plaza vacante o el empleo de tus
sueños, tus mejores cartas de presentación serán tu imagen, tu actitud y tu
sinceridad. Tú eres la única que puede lograr que todo salga perfecto. Sácate
el mejor partido posible en estos sentidos y proyecta una imagen positiva.
En el trabajo y en la vida diaria, conseguir lo que quieres
necesita de muchos esfuerzos, pero no lograrás nada si tú misma no crees lo
suficiente en que lo puedes obtener. En su manual Proyecta una Imagen Positiva,
Marilyn Pincus resume lo anterior en tres frases clave: confianza en ti misma,
autodisciplina y perseverancia.
Tu imagen
Piensa que todo en ti habla de ti:
• El apretón de manos: Es uno de los detalles que revelan tu
carácter. Dale energía a tu presentación con un apretón fuerte pero cálido.
Debe ser corto, firme y decidido, pero sin rudeza. No lo hagas muy breve porque
puede demostrar falta de interés de tu parte, ni demasiado largo porque puedes
parecer un poco empalagosa y evita agitar la mano. El apretón debe ir
acompañado de una mirada directa.
• Tu voz: Es un instrumento de presentación muy importante.
Una voz clara y bien modulada es trascendental para crear un buen efecto en los
demás. Los tonos de voz agudos son irritantes y los tonos monótonos aburren al
oyente. Si adoptas una tonalidad indecisa, transmitirás que la inseguridad te
sale por cada poro de la piel. Si buscas un puesto de gerente o directora, no
concuerda una forma de hablar dulce, aniñada o superficial.
Tu actitud
Para poder ofrecerle a la empresa una solución a sus
dificultades, necesitas proyectar una actitud optimista:
• No sobrevalores: Dale a los retos el lugar que se merecen
y ordénalos por prioridades, estableciendo el lugar de tus necesidades
personales según el momento presente en tu vida. Esto te ayudará a ver las
cosas con claridad y a valorarlas en su justa medida. Pregúntate qué es
primordial para ti en este momento de tu vida, si aceptar un trabajo con
excelente sueldo pero para el que tienes que recorrer diariamente 100
kilómetros, o un menor sueldo en un empleo más cercano a donde vives.
• Transmite lo positivo: No siempre somos optimistas, pero
no escatimes nunca en ver el lado hermoso de la vida; vale la pena ponerte de
ese lado porque es el que más satisfacciones te dará y sólo así podrás
transmitirlo a los demás. Probablemente sientas que tu trabajo vale más que el
sueldo que te ofrecen en ese puesto, pero mientras más demuestres tus
capacidades, con el tiempo te recompensarán mejor.
Tu sinceridad
Un paso indispensable para transmitirle a los demás una
imagen positiva es confiar en ti misma y sentirte segura:
• Autoanalízate: La autocrítica es indispensable para
avanzar, así que haz un cuidadoso análisis de ti misma y reconoce tus
capacidades y tus limitaciones. Conocer qué es lo bueno que hay en ti te hará
saber cómo destacarlo al máximo. Por mucho que necesites el empleo, debes
aceptar que no te atrae en lo más mínimo el área de contabilidad. Seguramente
te costará más trabajo encontrar una vacante en lo que te gusta, pero ahí te
desempeñarás más eficientemente y por lo tanto serás más feliz haciendo tu
trabajo.
• Sé honesta: Sé franca y examina de ti misma qué cosas
menosprecias que sí están bien y qué cambiarías que no está bien. Tal vez no te
gusta ser tan exigente con los demás pero es necesario que lo seas si te ponen
a cargo de un equipo de gente. O probablemente te urge tomar un curso de
actualización en tecnología porque el Internet es lo de hoy.
• Sé optimista: Cuando estás luchando contra la adversidad y
cargas con pensamientos negativos, encontrarle solución a los problemas es
mucho más difícil y los ves más grandes de lo que en realidad son. Para
ingresar a una empresa, muy probablemente te aplicarán tests y pruebas que te
parecerán complicados de resolver, por eso es tan importante que siempre seas
positiva y mantengas la esperanza de que lo vas a conseguir.
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