¿Boda en puerta y tienes dudas?

Llega el momento más esperado y... ¿ te entró la duda? Después de un tierno, cálido y apasionado noviazgo (con altas y bajas como todo) llega el momento más esperado en la vida de las mujeres que desde luego, desean casarse.

Llega el anillo de compromiso, los preparativos de la boda, la pedida de mano y en fin todos aquellos momentos que quieres que sean como siempre soñaste.

Justamente en los meses de los preparativos de la boda, la relación no marcha como antes. Ambos comienzan a estar más irritables, la tensión está a todo lo que da y entonces puedes pensar:

¿En verdad quiero casarme con él?, ¿por qué quiero casarme con él si se comporta así?, ¿por qué antes pensaba diferente y ahora está cambiando? y sobre todo el clásico, ¿por qué antes era tan fácil ponernos de acuerdo?

Cambios grandísimos
En este momento es importante tener en cuenta los cambios que están ocurriendo en ambos como: dejar la vida de solteros, desprenderse de la familia de origen y cambiarse de casa. A todo esto hay que sumarle la incertidumbre de cómo será la nueva vida de pareja. Porque cada quién trae vivencias, costumbres, creencias y tradiciones diferentes que van a unirse en un nuevo hogar.

Los roles que cada uno va a tomar ya no son los mismo que cuando sus respectivos padres se casaron, ahora, ustedes deben definirlo. En esto influye la carga emocional de toda una vida; carga que inconscientemente se trasluce en el comportamiento.

De pronto, sin darse cuenta, alzan la voz y aquella persona que era hermosa ya no lo es… pide… exige… e incluso hay veces que no está de acuerdo. Y es que no es lo mismo verse a ratos, que las reglas y los acuerdos a los que hay que llegar para compartir toda la vida.

La comunicación
La clave en estas circunstancias es la comunicación que existe en la pareja. Cada día debe de ir aumentando ya que si conoces cómo se siente el otro, qué pasa por su cabeza y su corazón es mucho más sencillo llegar a nuevos acuerdos.

Es esencial hablar de los sentimientos, porque al abrir el corazón se ayuda al crecimiento de ambos. Y esto, es lo que idealmente se busca al convertirse en pareja.

Si nada de lo anterior funciona y sigues pensando por qué quieres casarte y sigues sin encontrar una buena opción… lo mejor es darte cuenta del motivo personal por el que lo estás haciendo: ¿presión familiar?, ¿presión social?, ¿un embarazo?, ¿la edad?, ¿el estatus?

Si es alguna de estas razones es mejor hablarlo con la pareja pues es una decisión para toda la vida. Sólo el amor y el querer compartir la vida juntos deben ser las razones para dar este gran paso.

Comentarios