Exigir sexo frecuente a tu pareja es un error


Los sexólogos recomiendan que cada pareja descubra su propia manera de satisfacer el instinto amoroso, espontánea y naturalmente, sin obligaciones ni servilismos.…

El sexo fortalece la pareja y es uno de los ingredientes principales para que la relación funcione. Pero lo saludable es hacerlo cuando puedes y te apetece, no por imposición. De hecho, la última encuesta de Durex relacionada con la satisfacción sexual revela que para el 67% de los hombres el sexo es importante. Un dato que se queda algo corto, ¿no creen?

Según este mismo estudio los hombres realizamos 118 coitos al año, dedicamos 16 minutos a cada encuentro, menos de la mitad estamos plenamente satisfechos con nuestra vida erótico-sexual. El 81% de los hombres llegan siempre o casi siempre al orgasmo, frente al 52% de las mujeres, y al 54% les gustaría probar "actividades nuevas".

Vamos que aprobamos raspados y no es que estemos plenamente satisfechos, la verdad. Los expertos consideran que "lo importante es que el sexo sea placentero; la satisfacción, no es cuestión ni de cantidades ni de intensidades" y recomiendan tener una visión más relajada de la sexualidad sin marcarnos metas ni convertir a la otra persona en una máquina de obtener placer o un número de coitos.

Una teoría según la cual los encuentros sexuales deberían realizarse "en función de la disponibilidad y apetencia de las personas pero no por quedar bien o para cumplir y dar la talla". Tener altos niveles de actividad sexual no quiere decir que lo vuestro vaya a durar más o que la relación sea mejor que la de otras personas que practican menos sexo. Es más, a veces el efecto es el contrario, muchas parejas utilizan el sexo para compensar el "déficit de la felicidad" y la falta de entendimiento.

Por tanto, en lugar de obsesionarse y pensar cosas como "¿Porqué no lo hacemos tanto como antes? ¡De hoy no pasa! o ¿Será que ya no le gusto?", a lo mejor habría que hacer un planteamiento más basado en la comunicación que en el placer. Tampoco está de más dedicar más tiempo, en calidad y cantidad, a nuestra pareja para así saber cómo se siente, si hay algo que le impide tener relaciones (el estrés y las obligaciones cotidianas son los principales responsables de que se nos quiten las ganas), si también se siente insatisfecho y sobre todo, para saber cómo complacer a nuestro compañer@.

Porque todo es empezar, cuando más lo haces más ganas tienes y viceversa, si no lo prácticas corres el riesgo de perder el interés y acostumbrarte a estar en el dique seco. Lo cual puede traer graves consecuencias para tu salud y para el futuro de la relación. Así que ¡ponte a ello!














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