¿Rinitis, la sufres y no la tratas?

Mucosidad, picor, estornudos... millones la sufren, alterando su calidad de vida. La falta de tratamiento y la automedicación agrava los síntomas. Se calcula que al menos 55% de personas padecen rinitis, una afección de la mucosa nasal, cuyas manifestaciones –mucosidad, obstrucción, picor y estornudos– alteran su calidad de vida.

Hoy en día es el motivo de consulta más frecuente en alergología. El mayor problema de esta afección es que la automedicación y la falta de tratamiento agrava los síntomas y puede derivar en sinusitis, faringitis, bronquitis o asma. En la inmensa mayoría de los casos (un 80%), se trata de una rinitis alérgica que altera la calidad de vida.

Según una encuesta realizada entre más de 1.300 pacientes, el 62% de los enfermos reconoce que su patología dificulta su vida laboral y le produce problemas de concentración; al 32% le perjudica a la hora de conducir; al 45% en el momento de hacer ejercicio físico, al 56% en sus ratos de ocio y al 40% le acentúa los síntomas de estrés.
¿Qué es?

Rinitis significa inflamación de la mucosa nasal, aunque el término se emplea para cualquier problema que plantee congestión, picor, mucosidad abundante y estornudos. Como estos síntomas pueden surgir como respuesta fisiológica de la nariz ante agentes irritativos, sólo se considera rinitis cuando están presentes durante un tiempo prolongado. Es frecuente que además surja conjuntivitis, tos seca, jadeo y sibilancias –como si se tratara de asma– dolor de cabeza, sueño y pérdida de olfato. En las formas crónicas de rinitis son frecuentes las complicaciones como sinusitis, otitis media y faringitis.
Tratamientos

•Uno de los puntos básicos es la educación del paciente para que cumpla con el tratamiento y sepa por qué y cómo actuar.

•También debe tomar medidas de control ambiental evitando el contacto con las sustancias irritantes del medio ambiente y/o con el alérgeno responsable.

•En cuanto al tratamiento farmacológico, hay diversos grupos de tratamientos disponibles. Será el especialista quien determine cuál irá mejor a cada caso.

•También se puede establecer inmunoterapia específica o vacuna alergénica, que consiste en ir administrando al paciente, poco a poco, cantidades crecientes de aquello que le produce la rinitis.

Tipos de rinitis

•Infecciosa. Causada por virus, bacterias u otros agentes. Puede ser aguda, cuyo principal representante es el resfriado común y rinitis crónica.

•Alérgica. Es la más frecuente. Se clasifica según la duración y severidad de los síntomas y su repercusión sobre la calidad de vida: intermitente, si dura menos de cuatro días a la semana o menos de cuatro semanas (suele ser estacional y el origen hay que buscarlo en los pólenes). Si es persistente (más de cuatro semanas), los agentes causales suelen ser ácaros, hongos, animales o sustancias alérgicas debidas al trabajo. Es leve si los síntomas así lo indican y moderada o grave si hay interferencia con el sueño y se ven afectadas las actividades diarias.

•Ocupacional. Entre el 5 y el 15% de la población puede sufrirla. Está causada por un grupo de sustancias irritantes en el ambiente laboral. Los desencadenantes más importantes son los animales de laboratorio, cereales, polvo de maderas, látex y agentes químicos.

•Otras causas. Desde la asociada a ciertos fármacos (abuso de vasoconstrictores nasales, antiinflamatorios) a la que puede surgir por algunos cambios hormonales, pasando por factores emocionales o cuando hay una respuesta excesiva a irritantes inespecíficos, como la exposición al humo, olores intensos, estrés o humedad.

Diagnóstico: El gran avance

En un futuro muy próximo una mínima cantidad de sangre bastará para determinar a qué sustancias es alérgico un paciente.

Varios hospitales disponen ya de esta novedosa tecnología, el diagnóstico molecular, que evitará que los alérgicos tengan que someterse a las tradicionales pruebas de exposición directa, las pruebas cutáneas y los test de provocación. Las nuevas herramientas de diagnóstico in vitro permitirán analizar hasta 103 componentes potencialmente alergénicos en una mínima cantidad de suero obtenida en sangre periférica. Se sabrá no sólo que es alérgico a una sustancia, sino que se conocerá la proteína exacta que le provoca la reacción.

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