La obesidad, ¿podría ser contagiosa?



Recientemente una investigación publicada en la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine, estableció que tal como sucede con muchos otros hábitos -por ejemplo el consumo de bebidas alcohólicas- el entorno social contribuye directamente en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad. Así, de alguna manera, ésta sería una patología "contagiosa".

Esta es la principal conclusión de la investigación que basada en el conocido estudio Framingham del corazón, realizado en Estados Unidos, que demostró que el riesgo individual de desarrollar obesidad aumenta casi 60 % cuando algún amigo sufre un drástico incremento de peso.

Los resultados provienen del análisis de 12 mil personas seguidas entre 1971 y 2003.

Vale aclarar que si bien los resultados de esta experiencia se basan en aspectos observacionales, éstos no obstante están sustentados por datos médicos concretos.


EFECTO CONTAGIO
"Esto quiere decir que auque todavía no sea posible explicar por qué una persona corre más riesgo de engordar cuando tiene un amigo con sobrepeso, sí sabemos que es una realidad. De manera que el primer paso para seguir indagando ya está dado", expusieron los responsables del estudio.

En cuanto a las conclusiones puntuales, los especialistas consignaron que el "efecto contagioso" era mayor cuando las personas eran del mismo sexo, pero no cuando tenían proximidad sin amistad. "Esto quiere decir, por ejemplo, que una persona no va a engordar porque su vecino tenga sobrepeso, sino que va a aumentar de peso cuando alguno de sus íntimos amigos -con los cuales comparte momentos, hábitos, gustos y salidas- lo haga.

Las hipótesis referidas a por qué pasa esto son muchas. Una de ellas tiene que ver con la percepción que uno tiene de sí mismo cuando ve a otro. Podríamos pensar que una persona que tiene varios amigos con sobrepeso se verá a si misma como más flaca y por ende podría tender a descuidarse. Otra opción tiene que ver con que uno elige a sus amistades de acuerdo con determinadas cuestiones en común. Una de ellas podría ser, por ejemplo, la falta de interés por la actividad física, herramienta clave para mantener el peso", consignaron.

Para terminar los especialistas admitieron que si bien los resultados de esta experiencia no son muy alentadores para aquellos que tienen amigos "gorditos", lo importante es poder sacar provecho de la relación entre estos dos factores.

"No hay por qué mirar el vaso medio vacío. Si creemos que la amistad puede hacer aumentar de peso a una persona, tranquilamente podemos encontrar en esa relación una solución para el problema. No nos olvidemos que siempre es más fácil hacer las cosas de a dos, con un amigo o un familiar".


OTRA OPINION
Al consultar con respecto a la obesidad contagiosa, con un médico nutricionista, refirió que "la predisposición genética influye en un 30 ó 40 % cuando pensamos en la posibilidad de que una persona desarrolle sobrepeso, mientras que el entorno hace el resto. Ahí entran a jugar no sólo las amistades sino también las actividades que se realicen y aquellas que no, así como también el tipo de alimentos que se ingieren".

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