Lucir espléndida es una cuestión de actitud

¿Qué se necesita para estar espléndida, más allá de la marca de tu ropa o las pulgadas de tu cintura? Muchachas con cuerpos perfectos que pueden ponerse lo que quieran, mujeres luciendo lo último, con sus anteojos Prada, sus pareos Dolce & Gabbana y sus fabulosos tacones, hasta verdaderos desastres de la moda en un infructuoso afán por estar trendy.



Pero las mujeres que más me llaman la atención no estaban en ninguno de estos grupos. Me refiero a aquellas que no exactamente tienen el cuerpo de una modelo top ni el rostro de una celebridad, pero que literalmente y como dicen en inglés, "they own the world", son dueñas del mundo.

Estoy hablando de aquella señora en sus cincuenta, con todo y arrugas, vestida con una fantástica túnica de gasa blanca sobre un traje de baño color hueso, unas pulseras extra grandes, un tote bag estampado y unas chatas vintage, entrando al restaurant del resort y sintiéndose única, como si los paparazzi estuvieran en su acecho.

Y de aquella chica luciendo sus caderas rotundas, su cabello cortísimo como marco de un rostro muy lejos de ser perfecto, su andar de pantera, un minivestido color madreselva con todo el aspecto de venir de un mercado de pulgas, unas plataformas estampadas y actitud de "soy la mujer más hermosa que has visto". No se parecía ni a Angelina ni a JLo; pero todos pensamos que era igual de bella.





Yendo al plano de las famosas, Michelle Obama suele vestirse con ropa comprada en tiendas de departamento, y muchos la consideran hoy un ícono de la moda. Las proporciones de América Ferrara y Queen Latifah no son perfectas, pero vayan donde vayan, siempre dan que hablar. ¡Y para bien!

La mayoría de las veces tiene que ver con cómo te sientas viviendo dentro de tu propia piel, la manera que resaltes esos rasgos tan tuyos que te hacen única en el mundo.

Hazte amiga de tus caderas anchas y pónlas a trabajar a tu favor a través del look correcto. Asalta el closet de tu mamá o de tu abuela y rescata esos fantásticos collares circa 1960, o esos anteojos extra grandes de la época de Audrey Hepburn. Diviértete recorriendo los mercados de pulga, las ferias artesanales y las tiendas vintage para encontrar ese accesorio único que le dará carácter a tu outfit.

Adueñarte del mundo depende de la actitud con la que lo enfrentes. ¿Y te cuento un secreto? Todas y cada una de nosotras podemos lograrlo.

Así que… ¿Qué esperas? Estamos en otoño y el sol calienta. Ponte manos a la obra para hacer una transformación total de tu closet; pero por sobre todas las cosas, de los ojos con los que te miras al espejo cada mañana.

 QUEREMOS SABER DE TI: ¿Cómo te llevas con tu propia imagen en el espejo? ¿Crees que la moda es una cuestión de marcas? ¡Escríbenos!



Todo esto me lleva a asegurar que estar deslumbrante, trendy y lograr que todas las cabezas giren hacia ti no siempre tiene que ver con el precio o la marca de la ropa que lleves, o con lo perfectas que sean tus facciones o tu cuerpo.

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