Cuándo debes reemplazar tu colchón

Tener un colchón desgastado o una almohada trillada puede hacer que durmamos en una posición inadecuada, por tanto, el descanso no será el mismo que si los tuviéramos en un estado óptimo. El no descansar satisfactoriamente influye no solamente en el estado que se encontrará nuestro cuerpo cuando nos levantemos sino también en nuestro estado mental y humor.

Escoge el colchón que más se adapte a tu cuerpo, tamaño, peso o forma de dormir.

Lo normal, según los fabricantes, es cambiar el colchón cada 8 ó 10 años, siempre dependiendo de la calidad del mismo y el desgaste que haya sufrido.

En n uestro país, la media de la vida útil que se le da a los colchones es mayor de la recomendada, alrededor de 12 años y medio.

La decisión debe basarse principalmente en el estado del colchón y su comodidad, pero también hay que tener en cuenta otros aspectos. En principio, para identificar si el colchón está en buenas condiciones solamente necesitamos observarlo de cerca. Si la superficie no es uniforme, o nos solemos despertar por la noche o con dolor de espalda por la mañana significa que el colchón está desgastado.

Si tiene caída, se hunde en el tercio superior o a los lados. Haz la prueba y saldrás de dudas. Siéntale en un lateral, túmbate y cambia de postura mientras observas el colchón. Cualquier crujido o cambio es una indicación de que debe comprar uno nuevo. Si te tambaleas o te da la sensación de que no te sostiene, si notas que se hunde, sientes los muelles o ves cualquier alambre que sobresale… Cualquiera de estos casos es una clara señal de que es hora de reemplazarlo.

¿Has cambiado tu rutina? A veces un cambio de estilo de vida puede justificar la compra de un colchón nuevo. Hay épocas en las que dormimos más o menos. O es posible que hayas cogido por costumbre sentarte en la cama para leer o trabajar en un ordenador portátil. Si ahora compartes tu colchón con otra persona, o tus hijos se suben todas las mañanas a jugar a las camas elásticas. Cualquier cambio en el estilo de vida de cada uno podría acelerar la necesidad de reemplazar el colchón. ¡Ah! Recuerda que el movimiento también puede acortar su vida.

Cambios en tu cuerpo. Además de los hábitos de sueño, el peso es otro de los factores que más afecta a la longevidad del colchón. Si has ganado o perdido peso, debes comprobar que el colchón te ofrece el apoyo adecuado. El embarazo también altera su rendimiento. ¡Escucha a tu cuerpo! Aunque te parezca raro si empiezas a sentir molestias en la espalda, te duelen las piernas, se te duermen los brazos o sientes cosquilleos… es hora de comprar uno nuevo.

¿No das con la postura? Si te pasas la noche dando vueltas en la cama hasta que consigues dormirte es mala señal. Está claro que tu colchón no te da el confort adecuado. Ten en cuenta que al despertarte deberías sentirte genial, como si 'de verdad' hubieras tenido una noche de sueño reparador.

Así que ya sabes, si ha perdido su estructura original, es decir, que los laterales y las aristas están deformadas, si la superficie presenta deformaciones o pozos o si el soporte ya no tiene una estructura uniforme, hay que cambiar.

Por último, un par de consejos prácticos:


•Cuando lo hagas, y cuando cambies las sábanas, tómate un tiempo para comprobar y evaluar su estado.

•No olvides echar un vistazo a la base, la tabla de madera debe suministrar un soporte correcto a los resortes del colchón.

Por cierto, ¿sabías que los estudios muestran que el 87 por ciento de la gente que compra un colchón nuevo está satisfecha con su elección y su impacto en la calidad de su sueño? ¡Felices sueños!

•Dale la vuelta a tu colchón con frecuencia para prolongar su vida útil.

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