Suena el despertador bien prontito aunque en realidad no lo necesitas, es el día de tu boda, no vas a dormirte, eso si con suerte has podido pegar ojo.
Te levantas de la cama y haces el ritual que toda novia suele hacer ese día, asomarte a la venta y… no está, ese sol que tanto anhelas ha decidido no presentarse el día de tu boda y en el horizonte las nubes amenazan lluvia.
Tranquila, respira, las bodas bajo la lluvia también pueden ser bonitas sobre todo si sigues unos pequeños consejos para tener un plan alternativo.
Lo primero es fijar la fecha con cierto realismo, es decir cásate cuando quieras pero no programes una ceremonia o el convite al aire libre en el mes de octubre, es cierto que si ocurre como este año puede hacer un sol de muerte o una temperatura ideal, pero es probable que no suceda.
Lo segundo es que no tienes que renunciar a una boda al aire libre pero debes contar con algunos factores prácticos a la hora de montar la infraestructura.
Si ti boda es civil y quieres hacer la ceremonia al aire libre contrata una empresa de carpas que haga el montaje con la previsión de que pueda llover. Crea una carpa a modo de toldo, descubierta a los lados por si llueve, así no te mojarás podrás hacer tu entrada y los invitados podrán verte bajo ese toldo sin acabar empapados.
A la hora del convite es conveniente que busques un restaurante en el que puedas tener bajo techo lo que es el propio banquete con una terraza o abierta donde poder estar en contacto directo con el exterior sin sufrir las inclemencias del tiempo. Un invernadero techado abierto por un lateral también es una buena opción. La idea es que si llueve un poco quedará hasta bonito y si diluvia siempre tendrás la opción de cerrarlo.
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