Estrés prenupcial: cuando una boda, se convierte en una pesadilla

 

Una boda es irrepetible, pero la perfección del evento no debería convertirse en una obsesión para la novia.

Después de un tiempo de haber compartido varios momentos felices y tristes con el ser amado, por fin llega el día en que deciden unir sus vidas y casarse. Hasta aquí, todo pareciera color de rosa, tal como siempre lo sueña una mujer. Sin embargo, muchas féminas, no esperan que uno de los mejores días de sus vidas, se convierta en una de sus peores pesadillas. Y es que, aunque pareciera insignificante, para una novia, elegir las invitaciones, buscar el vestido ideal y hacer que los arreglos combinen con la decoración del lugar; son aspectos que de no salir conforme a lo planeado, podrían “arruinar” el día más importante de su existencia.
De ahí que, muchas mujeres se dejen llevar por una ola de estrés, que conforme se acerca el gran día, se hace más grande. Frases como: “Tengo que bajar de peso para verme espectacular”, “Tengo que encontrar el lugar más indicado para llevar a cabo la ceremonia”, “Las invitaciones deben ser las más elegantes”, entre muchas otras; son las que a menudo alteran la paz y la tranquilidad de una mujer, que está a punto de casarse.
Pero, desafortunadamente, esa voz interna no es la única culpable del insomnio que padecen muchas mujeres en la etapa previa al matrimonio. Algunas veces los amigos, los familiares y hasta la propia pareja, ponen a muchas novias en una situación de conflicto. Y es que en ocasiones se les ocurre decir: “No me gusta ese peinado ni maquillaje para ti”, “Deberíamos complacer a mi mamá y casarnos en la iglesia que ella quiere”; entre otras, son expresiones que en lugar de tranquilizar a una novia y hacer que ésta disfrute de la organización de su tan anhelado día, ocasionan que comience a odiar el proceso de planeación de la boda.
 
Dado que un enlace matrimonial debería ser un motivo de felicidad y no de estrés, es muy recomendable que las mujeres estén atentas a todo síntoma derivado de los nervios que le ocasionan la proximidad de su boda, para controlarlo en la mayor medida posible. De esta forma, se pueden evitar situaciones que a la larga, puedan afectar no solo la salud física de una mujer, sino también su estabilidad emocional.

¿Cómo llevar la planeación de una boda, para evitar el estrés prenupcial?
Una de las cosas esenciales para evitar el estrés, es identificar y entender las fuentes que lo están generando y manejarlas con el mayor control posible.

Como en la mayoría de los casos las preocupaciones provienen de todas las actividades que requiere la organización, es recomendable llevar una agenda y designar periodos de tiempo específicos para llevar a cabo algunas tareas.
En este sentido, Marcy Blum y Laura Fisher, organizadoras de bodas y autoras del libro “Bodas para Dummies”, sugieren anotar las cosas por hacer y las fechas por cumplir en el calendario, así como llevar un archivador en donde se guarde todo lo relacionado a la boda; como contratos, recortes de revistas, direcciones de los proveedores, etc. También en Bodas & Detalles, proporcionamos agendas. en donde la novia puede anotar todo lo referente a la boda, de una manera más organizada.
Para aquellas que tienen más presupuesto y no cuentan con mucho tiempo para dedicarse a la organización del evento, es muy recomendable que recurran a un coordinador. Éste se puede encargar de los aspectos más difíciles de la organización del evento, como estar buscando a los proveedores de la fiesta, llevar una agenda de los pagos que hay que hacer, presionar a los proveedores para que cumplan con las fechas de entrega, etc. Si se opta por esto, es importante que la novia se cerciore de que el planeador del evento realmente es un experto y que pida referencias o consulte algunos de los trabajos previamente organizados por éste.
Asimismo, es primordial que la interesada, no relegue todas las responsabilidades al coordinador y esté pendiente de los avances en la organización, ya que podría enfrentarse a situaciones inesperadas en su gran día.
Si no se tiene el presupuesto para contratar a un planeador de bodas, se puede recurrir a la ayuda de las amigas, las tías o cualquier otro familiar que esté dispuesto a colaborar. Se crea o no, las bodas atraen una sensación de felicidad tan contagiosa, que lleva a que muchas personas quieran verse envueltas en el proceso de la planeación.
Pero es importante recordar que una boda siempre debe ser planeada conforme a los gustos y deseos de los novios y de nadie más. También es fundamental que la novia involucre al novio en el proceso de la organización y se dividan las tareas.
Una vez organizadas y distribuidas las funciones que hay que llevar a cabo, es importante que la novia se relaje y se involucre en actividades que la ayuden a mantenerse más tranquila; como ir a un spa, meterse a clases de yoga, salir con amigos, ir al cine, etc.
Además, muchos expertos aconsejan que días antes de la boda, los novios relajen su mente y se den una vacaciones de la boda, de esta manera, llegarán mucho más relajados para disfrutar de su tan anhelado día.

Una boda es mucho más que una fiesta

Una boda es la portada de un libro de dos personas, que está por escribirse. El aspecto de una boda, no es tan importante como lo es el gran paso que se va a dar. Por lo tanto, contraer nupcias, no debería ser una razón de estrés, sino de alegría, pues se está por comenzar una vida, junto a la persona amada.

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