El uso continuado de ropa demasiado ajustada puede favorecer la aparición de
problemas cardiovasculares, ya que dificulta la circulación sanguínea por las
venas.
Lucir prendas ajustadas puede desencadenar problemas
circulatorios, de digestión y respiratorios.
Según estos expertos, la ropa ceñida hace que el corazón
realice un sobre esfuerzo y se eleve la presión arterial, lo que provoca que se
retengan líquidos y toxinas y favorece la aparición de celulitis y depósitos de
grasa en algunas zonas del cuerpo.
La cardióloga Mar Moreno, miembro de la SEC, explica que se
considera ropa ajustada “aquella que impide realizar movimientos de forma
natural y que, tras haberla llevado unas cuantas horas, deja marcas en la
piel”.
Además, llevar prendas demasiado ceñidas al cuerpo (ya sean
pantalones, faldas, vestidos o camisetas, camisas y otras indumentarias) podría
dificultar la digestión y obstruir, en algunos casos, el correcto paso de aire
y oxígeno por el organismo.
Las dificultades en el retorno de la sangre venosa y el
aumento de los edemas (acumulación de líquidos) facilita la aparición de
trombos (coágulos) venosos, principalmente en las piernas, que pueden producir
infartos pulmonares, ha explicado la SEC.
Es más, Moreno asegura que "la indumentaria ceñida
puede derivar en una trombosis venosa y provocar hipertensión arterial
pulmonar, con aparición de dificultad respiratoria y, si el desprendimiento de
los trombos es masivo, puede llegar a producir la muerte”.
Sentir hormigueo y adormecimiento en algunas zonas de
cuerpo, especialmente en manos y pies “es una señal inequívoca de que hay que
vestir prendas más holgadas”, advierte esta experta.
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