Sé empática y potencia tus relaciones

Consejos para escuchar y comprender al otro

¿Conoces el significado de la palabra “empatía”? Proviene de un término griego cuyo significado literal es "emocionado".
La empatía es una cualidad de la inteligencia emocional


¿Pero qué es realmente la empatía?
Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender cómo se siente. Aun cuando no compartas una manera de ver las cosas, si posees la cualidad de la empatía, comprenderás la realidad de la otra persona y su manera de pensar.
¿Eres capaz de percibir lo que el otro siente?
Si sabes escuchar y observar, con atención y afecto, tienes una mente abierta y mucha comprensión... ¡Eres empática! Y esta capacidad de comunicación te facilitará la vida. Piensa que si entiendes bien al otro, puedes mantener alejados los conflictos, o resolverlos con respeto cuando llegan.

Entrena tu empatía
La empatía es una virtud natural, pero afortunadamente podemos entrenarla y mejorar. En tu vida personal, con tu pareja, familia y amigos, en cualquier ámbito; trata de escuchar y entender al otro. Trata de sentir lo que el otro siente. Hazlo de forma permanente, y antes o después notarás un mayor acercamiento con tu gente y seguro que una mejor relación con tu entorno en general.

¿Quieres mejorar tus relaciones con los demás?
Toma nota de nuestros consejos para entrenar la empatía:

1.    Escuchar. Para entender a otra persona, para ponerse en su piel y acercarse a sus problemas y sentimientos, saber escuchar es clave. Si mantienes una conversación, escucha de verdad. No cometas el error común de estar pensando en lo que tú vas a decir mientras el otro habla o, lo que es todavía peor, ¡no esperes ansiosa a que se calle para poder hablar tú! Escucha de verdad, y también observa con atención. La mirada y los gestos de esa persona que tiene algo que decirte van a contarte casi tanto como sus palabras.

2.    Atender. Las relaciones nos ofrecen oportunidades y la atención nos permite identificarlas y aprovecharlas. Para reconocer las motivaciones y problemas ajenos, tienes que estar muy atenta. Se generosa con tu tiempo de dedicación a los otros, y verás como obtienes grandes satisfacciones; porque mimar a los demás, siempre nos devuelve cariño.
3.    Abandona prejuicios y cuestiónate todo. Todos tenemos algunos pensamientos muy marcados, creencias que percibimos como verdaderas y eternas. Provienen de nuestra educación, de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Pero, ¿de verdad todo es como nos lo contaron? ¿De verdad sólo hay una manera posible para resolver ese problema? Si miras hacia otro lado, descubrirás nuevas respuestas tan válidas como la tuya. Despréndete de los prejuicios, y abre tu mente a otras ideas.

4.    No interrumpir. Seguro que a ti no te gusta que te interrumpan, ¡a todos nos da una rabia…! ¿Sabes morderte la lengua? A veces tenemos tantas ganas de dar nuestro punto de vista, que perdemos el respeto por los demás casi sin querer, y corremos el riesgo de malinterpretar al otro por la sencilla razón de no dejarle terminar. Sé respetuosa, tu turno llegará. Si escuchas, atiendes y tienes la mente abierta ¡no interrumpirás!

5.    Ser paciente. Lo que tienen en común todos los consejos anteriores es la paciencia. Sin ella, no es posible la empatía. La impaciencia y la ansiedad demuestran una excesiva atención a los propios deseos: si quieres algo con inmediatez o si te muestras caprichosa,  te alejas del otro. No debes centrarte en tus intereses. Conserva y defiende tus objetivos… ¡pero con paciencia!
Algunas curiosidades relacionadas con la empatía...
¿Sabías que el bostezo es un fenómeno empático? Primitivo y neurológico, pero empático al fin y al cabo. Difícil resistirse a bostezar si ves a alguien bostezando ¿verdad?

- La empatía es una cualidad de la inteligencia emocional de hombres y mujeres, pero es el género femenino el que se lleva la palma. ¿Por qué será que las mujeres somos más empáticas? Quizás porque a lo largo de la historia, las mujeres hemos cuidado más tiempo que los hombres de los demás (hijos, ancianos, enfermos...).

Entrena tu empatía ¡Ponte en los zapatos del otro ¡Sin juzgar por dónde van sus pies! Así el camino te dará más alegrías.

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