¿Cómo te sentaría si te dijera que creo que te deberían pagar menos dinero por el trabajo que actualmente haces? O que si trabajas un sábado o un viernes a la noche, no te añadan los pluses por festivos o por nocturnidad. No me lo digas, ya te lo digo yo. No te haría ni puñetera gracia. Es más, te ofenderías y pensarías “pero ésta ¿quién se cree que es?”
Que estamos en un momento delicado, en el que la economía familiar no es ni por asomo, tan buena como nos gustaría, de acuerdo. Que el que compra, siempre quiere comprar barato, de acuerdo. Que las bodas suponen un desembolso económico muy importante, también de acuerdo.
Pero hasta ahí. Parece que estas tres premisas anteriores legitiman a las parejas de novios para
- a) quejarse sin parar del precio de las cosas y
- b) presionar para ver si les quitas el IGV o les haces una buena rebaja.
Da la impresión de que en vez de estar aquí para ayudarles a conseguir la boda de su sueños, has venido a desplumarles. Y ya estoy un poquito harta.
Me hace mucha gracia, cuando después de tirarme una hora con una nueva pareja de novios que por cierto, me han llamado ellos a mí, hablando de su boda y de cómo puedo ayudarles, me sueltan un “¿y el precio no es negociable?”.
Mi pregunta es ¿cuándo van a la frutería y compran 1 kg de fresas también le hacen la misma pregunta al frutero? ¿o cuando van al fisioterapeuta negocian el coste de la sesión?
Parece que todavía no ha quedado claro que yo, al igual que otros autónomos y miniempresarios, vivo de mi trabajo. Y que como tal, gracias a él, tengo que pagar hipoteca, facturas y demás.
Cuando establecemos el coste de nuestro servicio, lo hacemos en función de varios factores, entre ellos, el tipo de servicio que ofrecemos, las horas que le dedicamos, el valor añadido que lleva y como no, los gastos que nos ocasiona.
Porque sí, hay gastos. Desde las cuotas de autónomos, hasta la conexión a internet, pasando por el IAE. Por no decir, que trabajamos los sábados, o los viernes a la noche y muchas veces hasta bien entrada la madrugada. ¿Eso no cuenta?
Llevamos gran parte de la responsabilidad de la boda ¿eso tampoco?
Si piensas que es sencillo, hazlo tú mismo
En el mercado nupcial, hay cantidad de proveedores repartidos en un amplio abanico de precios. Cada uno establece su tarifa, y si te parece carísimo, pues chica, vete al mas barato. Lo que no puedes pretender es pagar 80 y tener un servicio como el de 140. Eso no. No puedes pagar por un Kia y querer llevarte un Mercedes.
¿Qué te parecería si te dijese, que debes cobrar un X% menos de tu sueldo solo por ser tú? A los demás compañeros de trabajo les pagarán lo mismo, pero a ti, solo por el simple hecho de ser tú, van a reducirte el sueldo. No te mola ¿eh? Ser yo, no es un motivo, dirías.Justifícame qué he hecho para merecer que me reduzcas el suelo, exigirías.
Pues eso es lo mismo que me gustaría preguntar a mí cuando una pareja me pide que les haga un descuento en el coste de una ceremonia o de una boda. Cuando quieren “negociar el precio” ¿Por qué tendría que hacerlo? Explícame por favor, por qué tú tienes que pagar menos que el resto de novios que me han contratado este año.
Pues nada, parece que hay algunos a los que no les entra esto en la cabeza.
Que hay intrusismo en el sector lo sabemos todos. He perdido la cuenta de cuántas chicas ahora se dedican a hacer bodas, después de haber estado un tiempito en el paro. Ni qué decir de los fotógrafos. Más de lo mismo. Hay innumerables post que hablan sobre el por qué se debe contratar a un fotógrafo profesional de bodas y yo también te conté que hay cosas que hace un wedding planner que tu madre/amiga/hermana no pueden hacer.
Es tu elección. Te he hablado ya varias veces sobre el presupuesto de boda. Lo importante que es ser realista de la situación en la que te encuentras y que quizás, la boda que quieres, no está a tu alcance.
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