“Mi hija tiene novio. Qué necesidad teniendo un padre como yo”. Así hablaba recientemente Joaquín Sabina en una entrevista. Y es que, conocer al novio de su hija es uno de los acontecimientos que suele poner más nervioso y preocupar más a un padre. Al fin y al cabo, para el hombre más importante de tu vida (hasta que tu pareja irrumpe en ella), encontrar un “rival” en el afecto de la que él siempre considerará su “pequeña” es casi tan duro como cuando empiezas la universidad y se da cuenta de que, aunque odie reconocerlo, tú ya has crecido.
Por todo ello, hay ciertos pensamientos que, por muy perfecto que sea tu chico, siempre van a pasarle por la cabeza a tu padre. ¿Quieres cuáles son? Te los contamos.
No es lo suficientemente bueno para ella: Por muy especial, cariñoso, sensible, romántico, educado, guapo, etc que sea tu novio, para tu padre siempre va a haber algo que le quede pendiente. Si pudiera el príncipe de la película de Cenicienta llamase directamente a tu puerta o tu novio fuese su jugador de fútbol favorito, seguiría pensando lo mismo. Nadie estará nunca a la altura de lo que él quiere para ti, aunque haya candidatos que se acerquen más que otros.
Si le hace daño a mi hija, lo mato: Y es cierto. Para un padre, ninguna protección es suficiente para su hija. Si tienes cualquier problema con tu chico, él será tu principal defensor y siempre se pondrá de tu lado en cualquier pelea.
Para él, tu relación nunca será carnal, o al menos jamás querrá imaginarla de ese modo: Dado que siempre serás su pequeña niña, para tu padre es imposible imaginar que tengas relaciones con tu novio. No decimos que sea tan inocente como para no saber que las tienes, eso es obvio; pero tu padre siempre preferirá pensar que tu relación es inocente y pura, aunque sepa a ciencia cierta que no lo es.
Por sistema, tu novio no tendrá razón si tú no estás de acuerdo: Con un poco de esfuerzo, y si es muy evidente que tú estabas equivocada, puede que al final acabe dándole solo una parte de la razón a tu chico. Pero nunca lo hará de primeras.
Tiene mucho que aprender: Para ser un buen esposo, un buen padre… Para un padre, el novio de su hija es aún un principiante que tiene un largo camino por recorrer. Y eso, solo podrá cambiarlo poco a poco y con el tiempo de su lado.
Cuando tu vas, muchacho, yo he ido y he vuelto tres veces: Es inevitable que tu padre piense que tu chico, por muy maduro que sea, no está preparado para afrontar ciertas responsabilidades y no tiene los pies en la tierra. Tu padre siempre tenderá a pensar que, como dice el refrán “la experiencia es un grado” y que por eso puede darles consejos o lecciones magistrales sobre cómo debes hacer las cosas en tu relación, tu casa y tu matrimonio.
Y es que ya se sabe, para un padre, todo es poco para su hija y el novio que ella escoja no va a ser menos. ¡Ármate de paciencia y trata de entenderlo! Probablemente solo comprenderás del todo ese sentimiento cuando tú también seas madre y pienses lo mismo de todo lo relacionado con tu pequeño/a. ¿Lo fundamental? Tratar de que se lleven lo mejor posible y conseguir que tu chico se interese por sus aficiones y gustos e intente compartirlos, es siempre la mejor forma de ganar puntos, ¡también en el caso de los suegros!
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