¿Han visto la película “Todos los días de mi vida”? En ella, Channing Tatum intenta reconquistar a su mujer, interpretada por Rachel Mac Adams, tras perder ella la memoria en un accidente. La historia que les contamos bien podría servir para hacer el guión de esta película.
Cuando Jeremy Samper se casó con su novia, Justice, no imaginaba que solo unas semanas después del sí quiero ella no sería capaz de recordar los detalles de su enlace. La culpa de todo ello la tuvo un accidente de coche que, de la noche a la mañana, causó a la joven un tipo deamnesia que le impedía acceder a los recuerdos almacenados en su memoria a corto plazo. Y dentro de ellos, a los recuerdos del que había sido uno de los días más felices de su vida: el de su propia boda. La solución resultó obvia para Jeremy: volvería a casarse con su novia para crear nuevos recuerdos del día más importante de sus vidas. Una nueva prueba de que su amor duraría para siempre y podría superar cualquier dificultad.
Afortunadamente, al perder solo los recuerdos a corto plazo, Justice sí recordaba su vida anterior con su chico. Jeremy y ella se habían conocido en un grupo de catequesis para jóvenes cuando contaban solo 11 y 10 años respectivamente. Ambos aseguran que lo suyo fue un flechazo, pero no fue hasta muchos años después, cuando estaban en la universidad, cuando realmente comenzaron a salir.
“Puede decirse que cuando nos vimos de niños, supimos que estábamos hechos el uno para el otro. Después, ella se las ingenió para pedir mi número a un amigo y solo once meses después de empezar a salir nos prometimos”, cuenta Jeremy.
Dos años después del compromiso, llegó la boda que se celebró el 1 de agosto de 2014. 20 días después, tenía lugar el accidente que dejó a Justice sin capacidad para acceder a su memoria a corto plazo. “Ella fue la que me llamó para avisarme, pero no podía escuchar nada más que sus sollozos y sus gritos”, recuerda Jeremy.
Los médicos diagnosticaron a Justice con un síndrome de estrés postraumático y explicaron a Jeremy que no había forma de saber si los vacíos en sus recuerdos acabarían llenándose. El tiempo pasaba y por más que Justice miraba las fotos de su boda, no era capaz de recuperar ese día en su mente.
“Cuando me contaba que seguía sin recordar nada, podía ver la pena en su mirada”, explica Jeremy. “Se me ocurrió que la única forma de remediar la solución era volver a casarnos, el próximo 1 de agosto, cuando se cumpliría un año de nuestro primer sí quiero”.
“Cuando vives algo como lo que hemos vivido nosotros, valoras más cada momento con el otro, cada instante que tienes junto a tu pareja. Te das cuenta de que tienes que aferrarte a esa persona como si fuese la última cosa sobre la tierra, porque de un momento a otro, todo puede desvanecerse”, cuenta Justice.
Así, en solo unos días, Jeremy y Justice volverán a vestir sus trajes de novios y se prometerán otra vez amor incondicional delante de 150 invitados. Sin duda, una bonita forma de reafirmar que, en su caso, ni la enfermedad ni los malos momentos podrán separ
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