Su abuela de 89 años fue su dama de honor ¡ y acaparó sus fotos de boda!

¿Quién dice que las damas de honor deben ser siempre las amigas de la novia? Cuando Christine decidió casarse con su novio, lo tuvo claro: su abuela de 89 años sería una de sus damas de honor. ¡Y su idea no pudo tener más éxito! Su abuela no solo aceptó, sino que además acaparó el protagonismo de muchas de las fotos de la boda.



Con un vestido de tul en gris oscuro, a juego con los del resto de damas de honor de la novia, y un bouquet de peonías, Betty, la abuela de la novia, no podía estar más feliz de que su nieta la hubiese elegido para acompañarla hasta el altar. “La edad es solo un sentimiento. Eres tan joven o tan mayor como tú te sientas cada día”, explica esta casi nonagenaria que tiene más energía de la que demuestran muchos jóvenes.

Sin embargo, y pese a que disfrutó como cualquier otra dama de honor de su papel en la boda, Christine revela que a Betty le costó aceptar la invitación a ser dama de honor cuando se lo propuso. “Me pregunto hasta más de 10 veces que si realmente estaba segura y que por qué quería que una “vieja” fuese dama de honor en su boda. Incluso llegó a decirme que todas mis amigas eran jóvenes y guapas y que ella no encajaría, algo que luego se demostró que era falso”, cuenta Christine.

Para la novia la respuesta a por qué quería que su abuela fuese dama de honor en su boda estaba clara: “No la pedí que jugase un papel destacado porque fuese mi abuela, sino porque realmente la considero mi amiga y quería que estuviese entre ellas. Mi abuela no vive muy cerca y cuando nos vemos, procuramos pasar el mayor tiempo posible juntas. Tiene un gran sentido del humor y realmente es un ejemplo para todo el mundo. Es simplemente fantástica”, cuenta.



Finalmente, Betty no solo aceptó convertirse en una de las damas de honor de su nieta, sino que acaparó con su simpatía la mayoría de las fotos e incluso se marchó en uno de los últimos autobuses, tras disfrutar del baile hasta la madrugada. ¡Como una joven más!

Y es que la historia de Betty nos enseña que la edad está solo en el interior y que la vitalidad, el optimismo y la ilusión pueden acompañarnos allá donde vayamos con independencia de nuestra fecha de nacimiento. ¡Enhorabuena a esta novia y también a su dama de honor!

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